El Ministerio Público dio a conocer el impactante porcentaje de robos y asaltos violentos que han terminado sin detenidos ni culpables en lo que va 2023.
Durante el primer semestre de este año se registró un aumento de asaltos respecto del mismo período de 2022, según las cifras dadas a conocer por la Fiscalía.
Esa alza también se reproduce en el “archivo provisional” de muchas de estas causas, el que procede cuando los fiscales no consiguen identificar a los responsables, por lo que el imputado se declara como desconocido.
Esto también ocurre cuando no se encuentran evidencias suficientes para seguir adelante con las pesquisas y acaban cerradas, a la espera de que pudiera aparecer algún antecedente que permitiera reabrirlas. Esto es especialmente común en el caso de los robos violentos.
Cifras preocupantes concernientes a detenciones y juicios por robos violentos
En total, 19.359 causas más de robos violentos y no violentos fueron “archivadas previsionalmente” por la justicia en los seis primeros meses de este año, en relación con el mismo período de 2022.
Los asaltos violentos aumentaron un 22,4% de un año a otro. Entre enero y junio de 2022, 40.696 casos fueron archivados, lo que equivale a un 82% del total de términos -judiciales y no judiciales- de causas por este delito.
En 2023, en tanto, la cifra de archivo llega a 49.823. Es decir, sumando robos y asaltos violentos, un 84% terminó sin culpables detenidos.
Aumento de homicidios es tan alarmante como el de robos violentos
Las cifras dadas a conocer referentes a la falta de condenas por robos violentos se suman a otras preocupantes estadísticas dadas a conocer en julio recién pasado.
Esas estadísticas indican que, en cinco años, Chile subió su tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes de 4,5 a 6,7. Si en 2018 se cometieron 845 asesinatos, en 2022 llegaron a 1.322. Es una de las cifras más altas que ha tenido el país en su historia.
Y aunque ya había reportes del incremento de estos delitos, el alza sostenida ha sido confirmada por el primer informe nacional de homicidios consumados, que contiene, por primera vez, datos unificados de distintas instituciones del Estado que preocupan tanto o más que los datos sobre robos violentos.
El informe fue elaborado por el Centro Nacional para la Prevención de Homicidios y Delitos Violentos de la Subsecretaría de Prevención del Delito, que depende de la cartera de Interior y dirige Eduardo Vergara.
En el documento se sistematizaron por primera vez las cifras de homicidios consumados recogiendo datos de Carabineros, la Policía de Investigaciones (PDI), Gendarmería, la Fiscalía Nacional, el Registro Civil, el Servicio Médico Legal (SML) y la Subsecretaría de la Mujer y Equidad de Género.
Para elaborar la estadística, las autoridades definieron a las víctimas de homicidios consumados como “personas a quienes se les ha causado la muerte ilícitamente y con intención, realizando el victimario todos los actos propios y característicos del delito”.
El incremento de los delitos como robos violentos en Chile ha sido asociado al del crimen organizado. Para combatirlo, las autoridades han buscado diversas fórmulas. Por ejemplo, el fiscal nacional, Ángel Valencia, viajó a fines de mayo a Italia para conocer su modelo antimafia. Vergara, también ha mirado ejemplos del exterior, como el de la ciudad de Baltimore, en Estado Unidos, que lleva años intentando bajar su alta tasa de homicidios.
El documento reveló que el 89% de las víctimas fueron hombres, mientras que el 11% correspondió a mujeres. El promedio de edad fue de 37,2 años, de los cuales 4,1% corresponde a menores de edad, es decir bajo los 18 años.
El informe confirmó también la tendencia que ya había sido adelantada tanto por la Fiscalía como por la policía: un incremento en los homicidios por arma de fuego, que se liga al crimen organizado: pasaron de 42% en 2018 a un 53,9% en 2022. Los ataques mortales con armas contantes bajaron del 40,8% a un 31,9% en el mismo periodo.
Durante los cinco años revisados en el informe se detectó una variación en la cantidad de personas extranjeras que eran víctimas de homicidios: en 2018 representaban solo un 5,7% del total, pero en 2022 la cifra subió a 17,2%. En cuanto a los victimarios, pasaron de 3,5% a 13,1%.
Así las cosas, entre homicidios y robos violentos, el país ha debido asumir su crisis de seguridad en las calles de prácticamente todas sus grandes ciudades.