El cineasta chileno Pablo Larraín estrenó este jueves en el Festival de Venecia su película “El Conde”, una sátira en la que retrata a Augusto Pinochet como un vampiro, para denunciar la falta de justicia tras la dictadura.
“Pinochet nunca enfrentó a la justicia y esa impunidad lo hizo eterno, lo convirtió en vampiro”, dijo el realizador en la rueda de prensa que organizó el festival, en la que compite de nuevo por el León de Oro.
Larraín, que ya pasó por Venecia con títulos como “Post Mortem” (2010), “Jackie” (2016) y “Spencer” (2021), defendió su representación de Pinochet en la comedia negra que se estrenará dentro de 2 semanas en Netflix.
Pablo Larraín: “Hay ciertas personas que creen que Pinochet no debe ser filmado”
“El Conde” no solo retrata al dictador como un vampiro centenario y sediento de sangre, sino que lo muestra, a él y a su dinastía, como avaros ladrones. Y eso precisamente cuando se conmemoran 50 años del Golpe de Estado que permitió a Pinochet cometer sus crímenes.
“Hay ciertas personas que creen que Pinochet no debe ser filmado, que creen que su figura no debe ser filmada o nunca o que todavía es muy reciente. Yo creo que el mal si puede y debe ser filmado, debe ser retratado”, afirmó.
Pablo Larraín también comparó a Pinochet con el dictador español Francisco Franco, asegurando que “compactan el placer por la maldad y la poca inteligencia. Fueron un poco los bufones de otros grupos de poder que quisieron ponerlos ahí o apoyarlos en ese ejercicio”.