Un estudio reciente reveló datos alarmantes sobre el hundimiento de territorios al sur de Chile, a raíz del devastador terremoto de 2010 y el aumento en el nivel del mar. Un fenómeno que no solo afecta a nuestro país, sino a otras regiones del mundo.
Según las investigaciones, algunas áreas estarían sumergiéndose a una asombrosa tasa de más de 40 milímetros por año. Sorprendentemente, este fenómeno también se ha observado en otros países del mundo, como en el caso de Nueva York, donde la emblemática metrópolis se hunde a una media de 2 milímetros anuales.
La amenaza latente que pesa sobre Nueva York, con sus impresionantes rascacielos y megaedificios, se convirtió en noticia a nivel mundial. El peso de estas impresionantes infraestructuras está afectando al territorio estadounidense, y aunque la cifra de hundimiento parece pequeña, representa una preocupación significativa para la ciudad que nunca duerme.
Chile se hunde año a año
En el caso de Chile, el hundimiento de zonas costeras es un fenómeno silencioso pero no menos preocupante. Especial atención merece Lebu, que se está hundiendo a una asombrosa velocidad de 40 milímetros anuales, superando con creces a Nueva York. Con más de 6 mil kilómetros de costa lineal, Chile enfrenta una realidad preocupante que merece una pronta atención.
El terremoto de 2010 tuvo consecuencias catastróficas, y aunque se ha hablado poco sobre ello, tuvo un impacto geográfico importante en el país. Un ejemplo destacado es la hermosa isla Santa María, ubicada a 29 kilómetros mar adentro desde Coronel. Tras el terremoto, la isla se levantó aproximadamente 2 metros, pero desde entonces, ha estado hundiéndose a una tasa anual de 25 milímetros.
Una de las dificultades para enfrentar este desafío radica en la falta de un ordenamiento territorial específico para las zonas costeras en Chile. Actualmente, se trabaja en una ley de costas, que está siendo discutida en la comisión de medioambiente del Senado como moción parlamentaria.
El hundimiento de territorios en diversas partes del mundo es atribuido a factores como el sobrepeso de las infraestructuras, que ceden debido a las altas temperaturas, así como al ciclo tectónico, responsable del fenómeno en Chile. Estas consecuencias del cambio climático representan una amenaza real y persistente, que exige una acción decidida para mitigar sus efectos en el futuro. En este contexto, es fundamental adoptar medidas adecuadas para abordar este problema y proteger los territorios vulnerables.