Este viernes se conmemora el Día Mundial del Sueño, una jornada que se celebra cada 15 de marzo desde el año 2008, establecida por la Sociedad Mundial del Sueño, un organismo con sede en Estados Unidos. Esta celebración busca concienciar sobre la importancia del sueño y los problemas asociados a su falta. Se estima que hasta el 60% de los adultos en el mundo ha experimentado dificultades para dormir en algún momento de su vida.
Importancia del sueño
La doctora Evelyn Benavides, neuróloga del Centro del Sueño de Clínica Las Condes, explica que “es un problema de alta prevalencia… Durante las horas de sueño, ojalá reparador, se realizan funciones vitales básicas para el organismo, indispensables para el buen funcionamiento físico y mental. En ese periodo descansamos de las actividades, recargamos energía, almacenamos información y producimos varias hormonas, como la del crecimiento”.
Factores que afectan el sueño
Diversos factores han contribuido a que la calidad y duración del sueño se vean comprometidas. Entre estos se encuentran el estrés, la ansiedad, el uso excesivo de pantallas y la mala higiene del sueño. La doctora Larisa Fabres, neuróloga y jefa del Programa de Medicina del Sueño de la Clínica Universidad de los Andes, señala que “el insomnio es el trastorno del sueño más común. Se caracteriza por la dificultad para conciliar el sueño, mantenerlo o ambas. Quienes lo padecen suelen sentirse insatisfechas con sus horas y calidad de descanso”.
Consecuencias de dormir mal
El impacto de un sueño inadecuado no solo es emocional, sino también físico. Roberto Ferreira, académico de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Talca y director del Núcleo Milenio para la Ciencia del Aprendizaje (MiNSoL), detalla que “emocionalmente, dormir mal puede aumentar la irritabilidad, la ansiedad y la depresión, lo que impacta negativamente en el rendimiento de los individuos. Y en lo físico, eleva el riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas, entre otras patologías”.
Recomendaciones para un buen dormir
Para mejorar la calidad del sueño, los expertos sugieren varias recomendaciones:
- Mantener un horario regular para levantarse y acostarse. Esto ayuda al cuerpo a acostumbrarse a una rutina que facilita conciliar el sueño y lograr un descanso profundo.
- Comer a la misma hora y evitar saltarse comidas. Es recomendable alimentarse por última vez un par de horas antes de acostarse para facilitar la digestión.
- Reducir la actividad antes de ir a la cama. Realizar actividades relajantes puede ayudar a preparar el cuerpo para el descanso.
- Evitar la exposición a luces, pantallas y sonidos fuertes poco antes de dormir, ya que esto puede alterar el descanso.
- Controlar la temperatura de la habitación, manteniéndola entre 18º y 20º, lo que se considera un ambiente ideal para el descanso.
- Evitar las siestas si se tienen problemas para dormir por la noche. Si se toman, que no sean de más de media hora.
- Optar por comidas livianas en la noche y evitar la cafeína, el alcohol y el tabaco, ya que estos pueden interferir con un buen dormir.
- Realizar ejercicio varias horas antes de acostarse, ya que aumentar la temperatura corporal puede dificultar el sueño.
El Día Mundial del Sueño es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de un buen descanso y las medidas que se pueden tomar para mejorar la calidad del sueño.


